El aceite vegetal usado es muy contaminante para el medio ambiente. Su combustión produce sustancias tóxicas y el contacto con el agua, si se desecha en los desagües domésticos, crea una microbarrera que reduce o impide la captación de nutrientes y oxígeno por parte de la flora y la fauna.
En la actualidad, se calcula que se producen unas 280.000 toneladas de residuos al año, de las cuales el 64%, es decir, 166.000 toneladas, proceden de actividades domésticas.
Por lo tanto, es oportuno proceder con una recogida específica de los aceites vegetales usados. Su reciclado no sólo permite reducir la contaminación, sino que recupera gran parte de los residuos para su reutilización en diversos procesos y aplicaciones:
como fuente de energía renovable en plantas de cogeneración
transformados en biolubricantes para maquinaria agrícola o marina
como productos para cosméticos, jabones industriales, tintas, grasas para el curtido, ceras para coches, etc.
como biodiésel, un combustible vegetal no tóxico y completamente biodegradable que puede utilizarse para sustituir o mezclar combustibles fósiles, reduciendo la contribución de las emisiones de CO2 en el sector del transporte; se estima que, recogiendo y transformando en biodiésel todos los aceites vegetales usados generados cada año en Italia, el ahorro potencial anual podría ser de unas 790.000 toneladas de CO2 y 282.000 metros cúbicos de agua