El objetivo de la recogida selectiva es permitir que se produzca tanto el reciclado como la reutilización de los materiales, como por ejemplo, plástico, vidrio, papel, pero también reducir la cantidad de residuos producidos por los ciudadanos, especialmente la fracción residual.
Para lograrlo, es esencial establecer un sistema integral que permita a los ciudadanos clasificar correctamente sus residuos y al organismo gestor de los residuos controlar la calidad de dicha clasificación.
La Tarip o impuesto sobre residuos por cantidad generada es un sistema de cálculo de las tarifas de las tasas de residuos vinculado a la producción real. Se compone de una parte fija, calculada en función de la superficie del inmueble y de los miembros del núcleo familiar, y de una parte variable que depende del número de exposiciones de residuos secos. De esta manera, el usuario puede ahorrar dinero limitando el número de exposiciones y, por lo tanto, su producción de residuos sin clasificar.
Un sistema eficaz puerta a puerta permite optimizar los costes en todo el ciclo de los residuos, desde la producción hasta la eliminación.